Para S&L
Emporios
de tristeza
llamean
en penumbroso plateado.
Por
la sombra del alma
simulan el infierno.
Cercenan
con ansia suicida
la
vocación de la permanencia.
En
este laberinto de luciérnagas oscuras
acaricio
en tus pisadas la luz de un cometa constante.
Pues
sólo tus manos saben
volcar
mi sangre
cuando se
disfraza de reloj de arena.
Sólo
tu piel y tu sonrisa
provén
a mi espíritu
de
escafandra para bucear en las calles.
Cuando
vuelvas
pesca al pez
de metal de mis tripas.
(Es
abisal.) Será nuestro farolillo.
4
de enero de 2016
Eduard
Ariza
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