Los horizontes abovedados de ceniza
se habían disfrazado de olas marinas.
A ver si alguien se ahogaba en ellos por error.
Sólo lograron que tosiera.
Sedosa ventisca de malhumor.
Su estertor lo marca el llanto.
Grácil ligereza, esbozo del insulto.
El cariño permanece.
5 de Marzo de 2017
Eduard Ariza
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