Para S. L.
Mis
versos como plumas
quiero
sembrarlos por tu piel.
Mesar
tus recuerdos astillados de dolor
como
si mis manos
se
escribiesen en agua y alcohol.
Siempre
me mientes
¿lo sabes?
Yo
no te di las alas.
Siempre
fue tu cuerpo una cometa.
Montar
el aire, domarlo
es
tu habilidad más natural.
Y
si te vieras en mis ojos
entonces
sabrías que de la negrura de la noche
podrías
tejer sus estrellas.
Hay
un pájaro en mi escritorio.
Es
de papel. Sólo canta
si estás tú.
19
de junio de 2017
Eduard
Ariza
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