Nota. La unción de Betania es un pasaje del Evangelio en que Jesús es
ungido con perfume por una mujer inspirada por el Espíritu Santo. Tal unción
que los judíos hacían con sus difuntos y que Cristo define como “una buena
obra” presagia su pasión y muerte.
¡Que no sea como en
Betania!
Vierte sobre mí el perfume
de tu piel,
será una buena obra
pero que no parezca la
unción de un cadáver,
sino la promesa del sol
de volver a posarse en el
cabezal de la cama
cada
mañana.
¡Que no sea como en
Betania!
Un día será mi carne del
viento
y mis huesos alimentarán
trigales con sus tuétanos
bajo la tierra escarlata.
Pero regálame antes el
sonido
del reloj de arena y el
remolino del candor
cada
mañana.
¡Qué no sea como en
Betania!
Ama los requiebros del
fuego entre mis manos
y la noche será fugaz.
Borrascosa el alba maldecirá
las constelaciones
las alumbrará en dolor
hacia el silencio.
Y yo sólo seré penumbra
del perfume de tu piel
cada
mañana.
¡Por favor! ¡Te lo
suplico! ¡Sobre todo que no sea como en Betania!
Porque si estas sábanas
olieran a ataúd, todo mi cuerpo
sería tumba y zanja.
Caníbal el deseo, como una
caja de música entona en plomo
la angustia y la lujuria
(llevan disfraz de
navaja). Tu protección necesito cerca
cada
mañana.
5 de Julio de 2017
Eduard Ariza
<3
ResponderEliminarTant difícil és fer poesia religiosa a l'actualitat com fer art i arquitectura. Felicitats!
ResponderEliminarEn general penso que qualsevol tasca humana, artística, artesanal, de recerca, o científic té poques possibilitats de dur-se a terme avui en dia.
EliminarMuchas gracias!! ¿Nos conocemos?
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