miércoles, 16 de enero de 2019

El Idiolecto del Amor


Los amantes de René Magritte

Para A...

Idiolecto: (Dicc. RAE): conjunto de rasgos propios de la forma de expresarse de un individuo.

Discreta y llamativa
                                    como un espíritu de aromas.
Dos claves de ceniza, en tus labios, tintineaban.
Nube hecha mujer ¿quién ató tus alas de mirlo?

La maldición de las palabras y los símbolos.
La maldición plúmbea que de las caricias
brota dunas de hastío.
                                     El estanque obsceno
de una vida que no avanzaba.

¿Quién desnudo tus alas de sus cadenas sedosas?
Ahora quebrado en navajas lunares
tu espejo de la cotidianidad dibuja imprevistos.

Capea tu piel entre las sábanas el abuso del orgasmo
Y hasta la náusea del remordimiento se diluye
entre la efervescencia de la sangre… Mientras tu gemido
se hace brisa de vuestro cuarto sellado.

Pero regresará el tatuaje de la angustia.
Ya no se tintará en las dunas del olvido
sino en la saliva de los silencios…

Regresa la maldición de las palabras…
                                                                Silente,
desangelada. Ya no se descuelga de charlas insulsas,
sino de la palabra callada.
                                            Pero escucha sus silencios.
Deshoja la hiedra del miedo.

Su fuego sabe a almíbar. Hay mucho espejismo en su acero.
A su manera, tan callando,
                                               ya te ha dicho te quiero.
Ya te ha dicho, seré el cielo de tus alas. 

16 de enero de 2019
Eduard Ariza

viernes, 4 de enero de 2019

Sombra blanca de desamor



Para S...

La tristeza resbala por tus mejillas
(y no siempre son lágrimas).
                                                      En el fracaso
cualquier proyecto se embarra en delirio.
Sobre todo, el amor sin correspondencia.

Te besa el abandono con tus propios labios.
En llamas de ceniza la rosa del vacío
con tus memorias proyecta sombras oscuras.
Pero blanca es la sombra del desamor

porque su presencia marcará esa ausencia
del cuando que se hizo nunca.
Tranquila,
                    el cansancio envenena hasta al dolor
y de un nuevo encuentro se te prepara la espera.

4 de enero de 2019
Eduard Ariza

miércoles, 2 de enero de 2019

Postmodernidad



Vorágine de impotencias
te llaman postmodernidad.
Tu basurero de frustraciones
lo ocultas tras tu espejismo de comodidad.

Y con la gangrena del lucro
deliras la mente del pobre
para que defienda su condición de esclavo.
No sea que por un casual -casi imposible-
                                                                      se convierta en amo.

Confundes vínculos con ataduras.
Así anhela nuestro espíritu
vestir tu bruñido anillo de hierro
portador de la náusea del aislamiento.

Así, enfermos de incertidumbre,
de miedo a la pobreza y a la desgracia,
las migajas ya nos saben a banquete.
Tus lánguidas horas empequeñecen a la persona...

Casi somos huérfanos de humanidad y trascendencia.
Sólo un vivir sumando...
                                         Sólo un vivir descontando
días y horas.
¿Dónde guardé las briznas de la esperanza?

Eduard Ariza