sábado, 23 de julio de 2016

Et omnes fuistis tu

Platja de Barcelona, 23 de febrer de 2012
  
Baldías las olas del mar que conté
en mi serena infancia
me miraron después…

Aquel verde celeste les da forma
y me ha visto pasear a su lado
con distancia de tiempo
y sinsabores de vida…

La puesta de sol casi en primavera
(aunque sea pleno invierno)
nunca me vio desnudo
ni yo escondí una colilla en la arena.

Tentaste muy veloz a mis pisadas
a palpar lo guijarros.
Y haciendo de tu cuerpo mi reclamo
me llevaste a las olas.

Emergimos del agua:
Distintos nuestros seres…
Dos titanes de vida tiritaban
mojados por la sal y sus cristales.

Luego
              con las toallas sobre nosotros
no encontramos locura
en bañarse en invierno.
Y se encendieron rojas las farolas.

Y de camino al metro
                                     sin palabras
pensé en ti
                          en tu imagen
extendiéndose sobre la arena gris
y al final sólo tú eras mi paisaje.

La brisa, el mar, el sol crepuscular
eras tú, sólo tú.
Hasta las gaviotas y hasta las nubes.
Y al fin Dios fuiste tú.

Tú fuiste tus ojos,
tu propio cuerpo
Tú encarnaste la vida en tu presencia
Y desde ti contemplé la belleza.

Eduard Ariza

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