sábado, 23 de julio de 2016

Manifestación


Los zarpazos del poder
parecen embriagados por rosas de cocaína.
Sueña el despotismo la pesadilla ajena.

Por eso a veces el alma se viste de miel.
Para redimir la cobardía,
los nenúfares de metal se niegan a ahogarse.
Flotan en las calles.
                                     Florecen en las plazas.

Las cadenas se hartan de sangre.
Entonces las palabras dan voz a la tela
y un coro descompasado
compone improvisados himnos de libertad.

El murmullo se hace grito.
Del cansancio brota la valentía
                                                     y se hará oír
aunque se vomite sangre en el asfalto.
Ahora la protesta
                               (ya habrá tiempo de silencios).

Por un instante el medio de la derrota
se eclipsa
                    y hasta el dolor de la herida
se duerme soñando justicia.

1 de Agosto de 2015

Eduard Ariza

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